miércoles, 21 de mayo de 2014

VÍCTIMA DE VAMPIRO por Jorge Guebely

Mire, profesor Guebely —me contestó una docente del Distrito cuando le pregunté por la crisis educativa en Colombia—: ninguna educación resulta eficaz para los hijos de la patria si los padres de la patria dan malos ejemplos de iconos fermentados y, en muchos casos, francamente podridos.

¡Cómo enseñar honestidad a los niños si los banqueros se lucran deshonestamente manipulando dineros ajenos o inexistentes con intereses criminales!

¡Cómo explicarles la justicia si magistrados exitosos acuden a la trampa para cuadrar injusticias favoreciendo sus intereses políticos, económicos y religiosos!

¡Cómo predicar la verdad si políticos descollantes utilizan las herramientas de las mentiras para construir el andamiaje de sus éxitos!

¡Cómo defender la paz ante los niños si las guerras se agitan por afanes económicos y políticos como negocios del pequeño conglomerado de la gente de bien!

¡Cómo inculcar profundidad de pensamiento en los niños si las campañas electorales se componen de candidatos áridos en ideas y ricos en rencores, chismes y componendas brutales!

¡Cómo educar para la igualdad si la voracidad mezquina genera un 10% de colombianos en la abundancia, y el resto, en la escasez, y muchos, en la indigencia!

¡Cómo hacer del salón de clase la principal fuente de conocimiento si los medios de comunicación imponen la verdad oficial para infiltrar las mentiras de los más poderosos!

¡Cómo construir una nueva educación con consejos de sabios si los ministros de educación son tan sordos a la sensatez académica y tan sonoros a la insensatez política!

¡Cómo dialogar con los niños sobre la vida si abundan los muertos por masacres, falsos positivos, terrorismo, descuartizamientos, apuñaleados o simplemente muertos por inanición!

¡Cómo decirles la importancia de la vida espiritual si el dinero es el verdadero dios sobre la tierra, y las iglesias, sus principales centros comerciales!

¡Cómo predicar la importancia de pensar por sí mismo y protestar en las calles por la dignidad humana si el egoísmo, la mezquindad y el conformismo esclavizan al ciudadano libre!

¡Cómo promover una educación de libertades humanas si muchos docentes conviven cómodamente en la sumisión y en la corrupción!

¡Cómo mostrar a los niños un horizonte luminoso si el horizonte está poblado de iconos en descomposición, flamantes héroes de la podredumbre!


Espere —la interrumpí—, según usted, ningún futuro tendrá la educación mientras permanezca sometida al espíritu político. Así es —respondió—, una educación politizada, sin sangre académica, no es más que otra víctima de vampiro.

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