Mire, profesor Guebely —me
contestó una docente del Distrito cuando le pregunté por la crisis educativa en
Colombia—: ninguna educación resulta eficaz para los hijos de la patria si los
padres de la patria dan malos ejemplos de iconos fermentados y, en muchos
casos, francamente podridos.
¡Cómo enseñar honestidad a
los niños si los banqueros se lucran deshonestamente manipulando dineros ajenos
o inexistentes con intereses criminales!
¡Cómo explicarles la justicia
si magistrados exitosos acuden a la trampa para cuadrar injusticias
favoreciendo sus intereses políticos, económicos y religiosos!
¡Cómo predicar la verdad si
políticos descollantes utilizan las herramientas de las mentiras para construir
el andamiaje de sus éxitos!
¡Cómo defender la paz ante
los niños si las guerras se agitan por afanes económicos y políticos como
negocios del pequeño conglomerado de la gente de bien!
¡Cómo inculcar profundidad de
pensamiento en los niños si las campañas electorales se componen de candidatos
áridos en ideas y ricos en rencores, chismes y componendas brutales!
¡Cómo educar para la igualdad
si la voracidad mezquina genera un 10% de colombianos en la abundancia, y el
resto, en la escasez, y muchos, en la indigencia!
¡Cómo hacer del salón de
clase la principal fuente de conocimiento si los medios de comunicación imponen
la verdad oficial para infiltrar las mentiras de los más poderosos!
¡Cómo construir una nueva
educación con consejos de sabios si los ministros de educación son tan sordos a
la sensatez académica y tan sonoros a la insensatez política!
¡Cómo dialogar con los niños
sobre la vida si abundan los muertos por masacres, falsos positivos,
terrorismo, descuartizamientos, apuñaleados o simplemente muertos por
inanición!
¡Cómo decirles la importancia
de la vida espiritual si el dinero es el verdadero dios sobre la tierra, y las
iglesias, sus principales centros comerciales!
¡Cómo predicar la importancia
de pensar por sí mismo y protestar en las calles por la dignidad humana si el
egoísmo, la mezquindad y el conformismo esclavizan al ciudadano libre!
¡Cómo promover una educación
de libertades humanas si muchos docentes conviven cómodamente en la sumisión y
en la corrupción!
¡Cómo mostrar a los niños un
horizonte luminoso si el horizonte está poblado de iconos en descomposición,
flamantes héroes de la podredumbre!
Espere —la interrumpí—, según
usted, ningún futuro tendrá la educación mientras permanezca sometida al
espíritu político. Así es —respondió—, una educación politizada, sin sangre
académica, no es más que otra víctima de vampiro.
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