martes, 4 de diciembre de 2012

Los sanandresanos – Jorge Guebely



¡Qué mala suerte tienen los sanandresanos, la misma de cualquier colombiano periférico! Quedaron atrapados en las fauces de dos países tercermundistas y el fallo de una institución que sólo defiende derechos de Estados, no de comunidades. Tal vez tendrán que sobrevivir en islas sin mares, algunas encalladas en océano ajeno, extraños en su propia raíz como los indígenas.

Sufrirán aún más la inoperancia del Estado colombiano, tan pequeño para un territorio tan grande. Un pañuelo que pretende cubrir más de 2.000.000 de km2, y sólo cubre a la súper-élite, a los súper-capitalistas, los de Bogotá o Antioquia, los poquitos que se distribuyen nacionalmente y los residentes en el exterior. Padecerán, como la mayoría de colombianos, la inoperancia de una clase política inane, mayoritariamente corrupta, sumisa a la voracidad implacable de diminutas elites económicas. Tendrán que soportar los actos populistas, especialidad de nuestros dirigentes: la presencia de un expresidente marchando y proclamando la desobediencia del fallo, ese que poco le importó los sanandresanos en sus ocho años de mandatos; la sesión de algunos congresistas, actos ornamentales, sonrisas de reinas. Verán imágenes de su San Andrés en canales nacionales hasta cuando el olvido corroa los afectos nacionalistas. Después de la bullaranga patriótica tendrán de nuevo el desdén nacional; convivirán con el olvido y la miseria como Chocó, Vaupés, Guajira y casi todo el territorio nacional.

Una lógica tarea alternativa: activar un movimiento independentista, asumir su propio destino;  liberase de la indolencia de cualquier país, de la voracidad de cualquier capitalismo tercermundista. Hay que aliviarse de lo disfuncional. La Historia ha demostrado que las nuevas elites, aun siendo más pobres, aman mejor su terruño. Dos ciudades secundarias serían Quito y Caracas si no se hubiesen independizado del capitalismo bogotano. Y Panamá sin la independencia orquestada por los norteamericanos sería un pueblo fantasmal como tantos del Chocó. Y el antiguo esplendor de Popayán se empobreció por no desprenderse del apetito centralista. El mismo Huila ha sido despojado de sus riquezas para favorecer otras regiones, muchas veces con la impronta de la corrupción. Un expresidente antioqueño hipotecó parte de su río Magdalena, generando riquezas a los inversionistas y miseria a los huilenses pobres.

No, el centralismo económico capitalista no es sistema para el hombre, no se debe dejar el destino de una región en manos de capitalistas voraces y de sus políticos sin ideales humanos. Según Rivera, ellos seguirán atrincherados en su estupidez ‘porque a esta pobre patria no la conocen sus propios hijos, ni siquiera sus geógrafos’.

EDUCAR PARA LA CONFLICTIVIDAD URBANA.

Una oportunidad para los Docentes. Una necesidad de niños y adolescentes.
Ante un buen número de educadores de cuatro instituciones educativas, el sicoanalista de trayectoria internacional, expuso una serie de estrategias para alcanzar eficientes logros en materia de la transformación de los conflictos en las escuelas.-
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Atendiendo la invitación que le formuló la Alcaldía de Barranquilla- Secretaría de Educación- a través de la Fundación “Nueva Ciudad” que es la entidad operadora del Proyecto Caminos Seguros, Vida Segura, el sicoanalista y profesor del “Seminario Freud” de la Facultad de Psicología de la Universidad Javeriana, Luis Fernando Ordúz, presentó ante docentes del Colegio Metropolitano de Barranquilla, del Centro Educativo Olga Emiliani, del Colegio Distrital Murillo y del Instituto Educativo Distrital Germán Vargas Cantillo, unos enfoques alternativos para una “educación en la conflictividad”. Este esfuerzo pedagógico, forma parte de la Estrategia de Participación Ciudadana que busca hacer del Corredor de la Calle Murillo un espacio urbano ordenado, amable y bello.
“La Ciudad es, esencialmente, un escenario para el conflicto; para la materialización de la divergencia, para la puja entre los intereses contrapuestos y para la manifestación de la multiplicidad de formas en las que quienes viven la ciudad, se adaptan, la adaptan o sobreviven en ella. Lo importante para el educador es poder constatar que grada grupo humano lo hace a su manera, según sus propias visiones e intereses. Pero, también es estimulante constatar que todos, absolutamente todos los grupos y personas, lo hacen en función de lo mismo: ser felices en la Ciudad.”
El Profesor Orduz, especialista quien es miembro titular de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis y Director de la Revista de dicha Sociedad Científica, argumentó en su exposición acerca de la necesidad de reconocer que, en oposición a la felicidad, la experiencia del dolor cumple una función en la formación del carácter y en, en este sentido, la vivencia del sujeto dentro de la Ciudad, que es fuente de miedos y de violencia, debe ser aprovechada pedagógicamente para hacer posible el crecimiento de un individuo sano, dentro de un grupo social productivo y en una ciudad amable.
“Es necesario que padres y maestros se acerquen al mundo de los niños y de los adolescentes que en sus gestos, ayer y hoy, lo mismo que hace 100 años, parecieran querer destruirlo todo. Acercarse a ellos para entender su relación, aparentemente agresiva con la Ciudad y su materialidad, que es lo más visible. Acercarse para comprender su enfrentamiento con las distintas formas de autoridad y de dirección y descubrir que no son otra cosa que manifestaciones de sus necesidades de afirmación, de crecimiento, de búsqueda de patrones convincentes de comportamiento, de liderazgos en los que puedan creer y a los que puedan seguir”, concluyó el conferenciante internacional en su visita a Barranquilla.
Al cierre del evento, David Cortéz, Director de la Fundación Nueva Ciudad, concluyó:
“El proyecto Caminos Seguros, Vida Segura es un escenario en el que pueden dialogar el adulto con el niño; ambos con el entorno urbano y con quienes lo habitan y usan. En él, la Comunidad se encuentra con sus Gobernantes y a todos con la Ciudad. Los Maestros tienen, entonces, la posibilidad de ser los conductores de este proceso educativo transformador de Barranquilla y de los barranquilleros que tenemos que aprender a vivir en una Ciudad cada día más compleja”