sábado, 22 de octubre de 2016


Cinemateca del Caribe, 30 años fomentando la cultura 
audiovisual en contextos urbanos por toda la Costa

                       Por Sigifredo Eusse Marino                     

                         
La Cinemateca el Caribe cumple hoy 30 años de actividad ininterrumpida y diaria, promoviendo la difusión de la cultura de la imagen y la preservación del patrimonio audiovisual; el máximo evento anual que ella misma creó una década después, llegó este mismo mes a su edición número 20. Se trata del Salón Internacional del Autor Audiovisual.

Al inicio de cada tramo final de año, el Salón Internacional del Autor Audiovisual evidencia ser el evento cumbre de la Fundación Cinemateca del Caribe. El 20° Salón cumplió con su título y tema central , “La imagen en movimiento en el universo digital”. Contó con la participación presencial de cineastas y otros realizadores invitados –de España, Perú y Argentina– además de una decena de autores, ponentes y críticos colombianos.

En el espacio abierto y al aire nocturno de otro ícono patrimonial barranquillero –la plazoleta de la antigua Aduana– la apertura 2016 de esta celebración cultural por doble partida fue algo inusual: una de las máquinas de sonido más tradicionales de nuestra bohemia populosa y callejera atronó bajo el caribeño techo de estrellas y de cara a las brisas del Río Magdalena: fue el picó El Coreano, soberano de antiguas noches en el ya casi clandestino barrio La Ceiba. En vivo y directo, y de por medio un performance masivo que pinceló de movediza sicodelia lumínica a la masa del público presente, la descarga de El Coreano puso su epílogo trepidante a la proyección inaugural del Salón: un documental de los realizadores criollos Roberto De Zubiría y Sergio Zaraza, cuyo oportuno título no es otro que “Picó: la máquina musical del Caribe”. 




María Fernanda Morales y Sara Harb, la actual y la primera directoras de la Cinemateca 


En coyuntura tan promisoria como la celebración dual de los aniversarios históricos del Salón del Autor Audiovisual y la Cinemateca, pudimos rememorar lo que dos instituciones como estas han representado en su rol de eslabones entre generaciones sucesivas de una vigorosa cinefilia caribe, desde sus innegables hitos precursores. 

Hitos tales como aquellas iniciáticas vanguardias del famoso y versátil Grupo Barranquilla, en los años 50, y algunas décadas adelante, la insurgencia de otra efervescencia, cinéfaga y creativa, en la Barranquilla de los años 80. He aquí una breve reseña de esos anales, en aras de refrescar una entrañable memoria poco menos que inconocida.

El cineclubismo había hecho su aparición en Colombia en 1949, al filo mismo del medio siglo (XX): Bogotá, Medellín y Barranquilla vieron nacer los primeros cineclubes históricos del país.
En 1956 –bajo el influjo del pionero Luis Vicens, catalán– el escritor Álvaro Cepeda Samudio fundó el primer Cineclub de Barranquilla, después de haber realizado, junto con García Márquez y otros amigos del mítico grupo de “La Cueva”, aquel su corto surrealista “La Langosta Azul”, fundacional del cine-ficción en el contexto del Caribe colombiano.  

Durante dos años Cepeda publicó la Revista Cine-Club (1957-58), donde contó con la colaboración de intelectuales como José Antonio Moreno, Julio Roca, Arturo Esguerra y Alvaro Medina. Convocó entonces  a los cineclubistas de todo el país a reunirse en Barranquilla “para conformar la primera Federación de Cineclubes de Colombia”. Fue cuando, con ocasión de dicha convocatoria nacional, se habló por primera vez en Colombia de una Escuela de Cine, propuesta por  el joven periodista y cronista de cine Gabriel García Márquez, y diseñada por él mismo.

El movimiento cineclubista de Barranquilla fue la simiente y el caldo de cultivo para que, 30 años después de aquel cineclub primerizo de Álvaro Cepeda, naciera en 1986 la Cinemateca del Caribe. Esta surgió al mismo tiempo que la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños y compartieron precursores: dos jóvenes vanguardistas de los años 50, Álvaro Cepeda Samudio y Gabriel García Márquez. No por coincidencia nacía también en el 86 el canal regional de televisión, Telecaribe.

Aquella escuela de cine que el primerizo García Márquez tuvo en la cabeza y puso en el papel fue un proyecto que no “cuajó” en Barranquilla para su primer momento de mediados de los 50. A la luz de hoy, no obstante, se le ve como el remoto preaviso  de la prestigiosa Escuela Internacional San Antonio De los Baños (en Cuba) que García Márquez iba a co-fundar en 1986, al tiempo que la Cinemateca del Caribe nacía en Barranquilla. 




Aquel primer Cineclub languideció durante los 60s, luego de que su brillante cofradía se dispersara y Álvaro Cepeda empezara a prodigarse entre la publicidad, el periodismo, el cine documental y la literatura. “El año en que murió (1972), él sólo quería hacer cine”, rememora La Tita Cepeda, viuda del talentoso escritor y cineasta, fallecido a sus 46 años.

Braulio De Castro (QEPD), un cinéfago de tiempo completo, fue quien retomó con pasión las viejas banderas en cuanto a la formación local de públicos para el buen cine. Acolitado por amigos como Miguel Falquez y Rafa Iglesias, De Castro empezó a orientar el Nuevo Cine Club de Barranquilla (así bautizado), renacido con apoyo de la Alianza Francesa en 1972.

Este concurrido cineclub tuvo su sede a cielo abierto en el Teatro Lido y su última etapa sería en el tradicional Cine Metro, también hoy lastimosamente desaparecido, y luego en los dúplex ABC. Fue ésa una época de gran dinámica cultural en la ciudad, al impulso de aquel grupo fiel y fervoroso de amantes del cine.

En el Teatro Colón –desmejorada joya del art deco, hoy a punto de venirse abajo– su auditorio generoso y ancha pantalla empezaron igualmente a colmarse por entonces, con las semanales funciones de un nuevo cineclub: Sala Bohemia, liderado por varios jóvenes periodistas y otros  universitarios, entre ellos Gilberto Marenco, Mireya Hurtado, Milena Rodríguez, las hermanas Vizcaíno, Gaspar Hernández Caamaño, Jesús Correa, Lácides García Detjem y Astrid Hernández.

Jorge García y su Cineclub del Sur, lo mismo que –por cuenta propia– Alfonso Alfaro, fueron otros de los más activos cineclubistas barranquilleros de los 80s. Por otra parte, desde Cartagena y en busca de material fílmico en las distribuidoras locales, llegaba puntual cada semana otro quijote del cine, tempranamente desaparecido pero siempre recordado: Luis Fernando Calvo.

Digamos que las décadas del 70 y el 80 trajeron un renacer de los cineclubes por toda Colombia, boom que se vivió intensa y emuladoramente entre Barranquilla y Cartagena, nutriéndose con la infaltable cita anual de los cinéfilos de todo el país en el bienamado Festival Internacional de Cine de Cartagena. 

Aquella complicidad de vasos comunicantes entre los cinéfilos de ambas ciudades, iba pronto a ser  caldo de cultivo de una generación insurgente que junto a la reseña y la crítica, empezó a ejercer los oficios del cine: Alberto Duque López, Alberto Sierra, Heriberto Fiorillo, Pacho Bottía, Ricardo Cifuentes, Sara Harb, Martha Yances, Ernesto McCausland, entre otros.

Varios de estos mismos cinéfagos son quienes en 1986 constituyen la Fundación Cinemateca del Caribe, cuyo primer director fue Braulio De Castro. Lo sucedió la cineasta también barranquillera Sara Harb, quien había abanderado otro proyecto cineclubista de los años 80s: la recordada Sala de Arte y Ensayo Primer Plano. 

Diez años más tarde, por iniciativa, empeño y gestiones de Sara Harb, Jaime Abello Banfi y la Junta de la Cinemateca del Caribe, entre otros personajes y entidades, se lanza al ruedo el primer Salón Internacional del Autor Audiovisual; ese mismo que ha llegado a sus veinte años complementando sus muy distintas y específicas agendas con el Festival Internacional de Cine de Cartagena.    


La Cinemateca lleva el cine a los barrios y municipios


miércoles, 12 de octubre de 2016


 Fernando Arteta García, q.e.p.d.

MI SENTIDO TESTIMONIO
DE AMISTAD Y EMPRENDIMIENTO


Por David Cortés Ortega




Cuando me enteré de la noticia de una muerte tan absurda como la de Fernando Arteta, luego de que en principio me negué a darle crédito, momentos después no pude menos que evocar un tiempo en que compartimos ideas y afinidades–con ocasión de realizar un proyecto conjunto– pero, sobre todo, hacer memoria de las gratas conversaciones que a ratos largos él propiciaba en torno a cuestiones de arte, humanidades y el intercambio entre culturas diversas.


Yo había hecho teatro y estudiado publicidad en Bogotá. Con lo primero, pude ir a festivales en Europa, donde me radiqué un tiempo teniendo como base Ámsterdam y allí tuve oportunidad también de realizar el ejercicio publicitario. Así fue como conocí de cerca las estrategias de marketing del equipo Ajax de Holanda y traía esa experiencia fresca, rodaba la época de los noventa.


De vuelta a mi ciudad natal, Barranquilla, quise ejercer la publicidad las posibilidades de ser eran remotas. Álex Blanco, consecionario de productos Cannon, me agendó una cita con Fernando Arteta en su oficina de terpel, a propósito de que él por entonces era dirigente de la agencia Logos Publicidad. 


Dada su calidez personal y calidad humana, que afloraba de inmediato ante su interlocutor de turno, casi enseguida estaba yo llamándole “Ferna” a este brillante recién conocido. Dada las afinidad de ambos por las artes y lo cultural, hubo una inmejorable conexión. Su sensibilidad acerca de los temas humanísticos me quedó patente: con decir que toda aquella mañana, de su apretado tiempo de ejecutivo empresarial, la invirtió él conversando e indagándome del teatro, los festivales a los que asistí y las refinadas formas publicitarias que se daban por entonces ( en  años 90 ) en el viejo continente. 




Hubo una nueva reunión informal de los dos, en un restaurante de la ciudad, y allí consolidamos mi ingreso a una rama derivada de su agencia: así creamos los tres (Álex Blanco también) la marca Logos Publicidad Medios. Nos enfocamos en idear productos  y accesorios variados relativos al equipo Junior, lanzándolos al mercado masivo.


Ya puestos en la onda de lo deportivo, propuse crear y publicar una revista dedicada precisamente y por entero al Junior, el equipo amado con pasión por Barranquilla y casi toda nuestra población caribeña. Esa iniciativa mía (“Junior Pasión Caribe”, la llamé) fue acogida por él de inmediato y así la llevamos a Pedro Salzedo, que era el presidente del equipo. Otros directivos eran Hernán Yunis y Antonio Char. A todos les “sonó” enseguida también y, para armar la nómina de colaboradores, adoptamos este lema: “Buscaremos a los mejores para producir la mejor de las revistas”. Para el cargo de Editor General surgió entonces el nombre de Antonio Abello Roca (El Pato Abello), quien recién venía de ejercer el Ministerio de Comunicaciones.


Como fotógrafo jefe convocamos a Álex Riquett y a partir de ahí cursamos invitaciones a colaborar en la revista a periodistas deportivos de prestancia regional y nacional, entre ellos Hernán Peláez. En fin, todo para decir que Fernando Arteta se entregó al proyecto con un entusiasmo y fervor tan juveniles –además de volcar allí toda su capacidad de gerencia y gestión, logrando vincular a gran parte del sector empresarial de la ciudad– que cuando salió el primer número, persona a persona, él mismo repartía los ejemplares de la revista en el Estadio Metropolitano y otros puntos clave de la hinchada en Barranquilla. Total, que gracias a él, la revista se convirtió en insustituible referente tanto de su historia y tradición como de las actuaciones (y su análisis puntual) del equipo Junior.


Tiempo después, habiendo yo hecho realidad mi viejo proyecto (crear la Fundación Nueva Ciudad, que nació en el 2003 y funciona desde entonces), nuestra relación de amistad continuó, Fernando incluso quería vincularse a ella, pero la cosa no se concretó simplemente por el desencuentro de las diversas agendas que a uno y otro nos ocupaban por entonces.


Este ha sido el testimonio que he querido consignar aquí, en este blog de nuestra Fundación que Fernando en su momento habría podido honrar con su pertenencia invaluable; testimonio que dejo en honor a ese amigo que ya se fue, con todo su grande talento e inmensa calidad humana. 











miércoles, 7 de septiembre de 2016

Con Nairo al frente, el ciclismo de élite
promueve una movilidad saludable y sostenible





Nairo Quintana, a la cabeza de una élite de corredores que ponen en alto los colores de Colombia por las rutas de Europa, emergen por otro lado como paladines excelsos capaces de promover los  usos diversos de la bicicleta en pro de la salubridad y el bienestar humanos: el ciclismo es deporte, sí, pero también es el medio ideal para la recreación y la movilidad urbana.

Salvo contratiempos o sorpresas inesperadas en la última semana de la Vuelta a España, Nairo Quintana deberá coronarse en el top del podio, este domingo en Madrid. Nuestro as colombiano  afronta la última parte de la carrera con una importante ventaja de más de 3 minutos sobre sus principales rivales: el británico Chris Froome (Sky, a 3:37), su compatriota Johan Esteban Chaves (del Orica, a 3:57) y el español Alberto Contador (del Tinkoff, a 4:02).

La contrarreloj de la antepenúltima etapa es lo único que ha preocupado a Quintana en la Vuelta 2016. Y si acaso en esta crono “tuviera problemas con Froome, a Nairo aún le quedaría el Alto de Aitana el sábado, penúltimo día de carrera: una subida muy larga tras la etapa de 200 kilómetros, 
algo que suena ideal para sus características de escalador de fondo”.  




CUÁNDO Y CÓMO SE INVENTÓ LA CICLA



Hoy, la bicicleta se impone como medio de movilidad en las grandes ciudades del mundo, como un medio sostenible y que no contamina. Pero la bicicleta tiene larga historia. Es un invento europeo y en etapas diversas de su evolución llegó a ser un objeto imprescindible para el desarrollo de las comunidades.
“La bicicleta fue inventada para dar solución a la idea que se tenía de que una persona al caminar, desperdiciaba mucha fuerza por tener que desplazar su peso alternativamente de un pie al otro”. Digamos que la bicicleta se inventó para ahorrar energía.

Fue el genio de Leonardo da Vinci quien hizo los primeros bocetos de la  bicicleta futura en pleno Renacimiento italiano, el año 1.490. Pero para materializar el invento habrían de transcurrir otros cuatrocientos años. La de 1817, en madera, no tenía pedales y había que empujarla con los pies; otra, en 1839 ya tuvo pedales y dos ruedas; pero el primer modelo con transmisión a través de la cadena surgió en 1885.

“Tenía frenos, permitía una postura más natural y el ciclista estaba más cerca del suelo, por lo que las caídas no eran tan peligrosas. Después, se añadieron las ruedas con cámara de aire y la cadena de transmisión conectada a la rueda de atrás”. Ésta ya era la bicicleta moderna.

Fue en enero de 1887 cuando el norteamericano Thomas Stevens se aventuró al “primer viaje en bicicleta alrededor del mundo”. Partió de San Francisco y sólo tres años después llegó de nuevo a esa misma ciudad de destino y origen, una verdadera odisea.

La bicicleta es un aparato sencillo: básicamente, se compone de dos ruedas dispuestas en línea y un sistema de pedales para que la personas pueda transmitir la fuerza de propulsión; manubrios para dirigir la bicicleta y un sillín para sentarse. La bicicleta sirve tanto para el campo como para  desplazamientos urbanos, un medio de transporte barato y accesible a toda persona. Y como si fuera poco, se puede arreglar con unos pocos conocimientos de mecánica.

En el siglo XX se avanzó en diseño, materiales y seguridad; fue el siglo de la universalización de la bicicleta. Así, llegamos al actual siglo XXI con las conocidas bicicletas de paseo, de montaña, bicis plegables y desde hace unos años las bicicletas eléctricas. 






LA CICLA EN LAS GRANDES CIUDADES



En los países mediterráneos, la crisis económica y el alza de la gasolina disparó el uso de bicicletas mientras que la industria del automóvil ha entrado en la peor crisis en décadas.

Roma parece ser una de las ciudades europeas con una circulación más caótica, algo que conviene muy poco a los ciclistas. Milán, Madrid (España) y Atenas (Grecia) no son muy diferentes. En Italia, sin embargo, cada vez se ven más bicicletas circulando por las calles: cada vez más italianos optan por la cicla para cumplir sus desplazamientos diarios; como medio de transporte pero también en ejercicios de ocio. 

La ciudad italiana de Bolonia ha ganado el Premio anual de la Semana Europea de la Movilidad. Un jurado independiente de expertos en movilidad la señaló como “ejemplo europeo en la promoción de alternativas limpias al uso de los autos”, resaltando la participación de sus ciudadanos en apoyo a la movilidad urbana sostenible: “Las ciudades premiadas son ejemplo de unas urbes más limpias y seguras. Las ciudades europeas deben poner en práctica acciones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes”. 

Bolonia organiza numerosas excursiones en bicicleta, talleres y ayudas para la autorreparación, juegos, paseos y una exposición sobre coches eléctricos. Agentes de la policía orientan sesiones informativas para dar consejos y explicaciones sobre el uso de la bicicleta a las familias, y se creó un punto de información para que los ciudadanos aprendan acerca de unos nuevos servicios que se ofrecen a los ciclistas. 




Hacia el norte, la capital alemana es ahora el otro gran ejemplo: en Berlín, cada día, más de medio millón de personas se desplazan mediante el transporte ecológico por excelencia. Hay construídos miles de nuevos carriles para que circulen bicicletas, ya que las autoridades impulsan la movilidad sostenible y Berlín se ha convertido en la ciudad perfecta para los ciclistas.



“Los propios ciudadanos colaboran para que Berlín sea un paraíso para los ciclistas: todo el mundo tiene una bicicleta. Quienes manejan auto son ciclistas en otros ratos, en horas no laborales y en el fin de semana; todos tienen absoluto respeto por los ciclistas. Por eso el casco no es necesario”. Es  mucho más importante la educación y el civismo.

Entretanto, de este lado del hemisferio, en plena temporada de huracanes, ciudades como Nueva York sufren un caos que continúa durante varios días. “Las gasolineras se quedan sin combustible, muchas calles y carreteras se hacen impracticables, algún puente ha podido quedar derrumbado y  los autobuses no pueden seguir sus recorridos habituales.”

Así, hasta que se reparen todos esos desperfectos causados por el desastre natural, lo mejor es no usar el automóvil como medio de transporte. Lo mejor es montar la bicicleta: “Cuentan que ahora se ven hasta cien bicicletas cada quince minutos por la Sexta Avenida”.


Las emergencias han cambiado la mentalidad de muchos ciudadanos. “Algunos iban al trabajo por primera vez en su vida sobre dos ruedas. Quizá no será la última. Ojalá se animen a seguir usando la bicicleta”, dijo el Alcalde neoyorquino. 




CICLISMO Y CARRERAS DE ÉLITE



La historia del ciclismo como deporte comienza a finales del siglo XIX, y se populariza a partir de 1870 cuando se funda en Italia la primera sociedad ciclista, el Veloce Clube de Milan. Ese mismo año en Londres se crea el Pickwich Bicycle Club; Para 1880, en los Estados Unidos se constituye la League of American Wheelmen; se instituye en Alemania el Deutscher Radfahrerbund en 1884, y en Francia se funda el Touring Club en 1885.

La primera carrera en carretera de la historia de ciclismo fue la llevada a cabo en 1870 en Italia e iba de la ciudad de Florencia a Pistoia, recorriendo 33 kilómetros. El ganador fue un estadinense, Rynner Van Neste. Y el primer campeonato mundial de ruta fue en Alemana (Nürburgring) el año 1927. El triunfo fue para el italiano Alfredo Binda.

Antes habían comenzado ya las mismas grandes competiciones anuales de ruta que convocan hoy a miles de millones entre la teleaudiencia mundial: el grupo de las grandes carreras en ciclismo de ruta lo conforman el Tour de France, el Giro de Italia y la Vuelta de España.

El Tour fue la competencia pionera y dio comienzo el 1 de Julio de 1903. El “Giro” de Italia nació en mayo del año 1909. La vuelta de España se originó algo después, en el año 1935. En Suramérica, la principal competencia en rutas por etapa es la Vuelta Ciclista a Colombia, creada en el año 1951. 

FIN












Con Nairo al frente, el ciclismo de élite
promueve una movilidad saludable y sostenible





Nairo Quintana, a la cabeza de una élite de corredores que ponen en alto los colores de Colombia por las rutas de Europa, emergen por otro lado como paladines excelsos capaces de promover los  usos diversos de la bicicleta en pro de la salubridad y el bienestar humanos: el ciclismo es deporte, sí, pero también es el medio ideal para la recreación y la movilidad urbana.

Salvo contratiempos o sorpresas inesperadas en la última semana de la Vuelta a España, Nairo Quintana deberá coronarse en el top del podio, este domingo en Madrid. Nuestro as colombiano  afronta la última parte de la carrera con una importante ventaja de más de 3 minutos sobre sus principales rivales: el británico Chris Froome (Sky, a 3:37), su compatriota Johan Esteban Chaves (del Orica, a 3:57) y el español Alberto Contador (del Tinkoff, a 4:02).

La contrarreloj de la antepenúltima etapa es lo único que ha preocupado a Quintana en la Vuelta 2016. Y si acaso en esta crono “tuviera problemas con Froome, a Nairo aún le quedaría el Alto de Aitana el sábado, penúltimo día de carrera: una subida muy larga tras la etapa de 200 kilómetros, 
algo que suena ideal para sus características de escalador de fondo”.  





CUÁNDO Y CÓMO SE INVENTÓ LA CICLA



Hoy, la bicicleta se impone como medio de movilidad en las grandes ciudades del mundo, como un medio sostenible y que no contamina. Pero la bicicleta tiene larga historia. Es un invento europeo y en etapas diversas de su evolución llegó a ser un objeto imprescindible para el desarrollo de las comunidades.
“La bicicleta fue inventada para dar solución a la idea que se tenía de que una persona al caminar, desperdiciaba mucha fuerza por tener que desplazar su peso alternativamente de un pie al otro”. Digamos que la bicicleta se inventó para ahorrar energía.

Fue el genio de Leonardo da Vinci quien hizo los primeros bocetos de la  bicicleta futura en pleno Renacimiento italiano, el año 1.490. Pero para materializar el invento habrían de transcurrir otros cuatrocientos años. La de 1817, en madera, no tenía pedales y había que empujarla con los pies; otra, en 1839 ya tuvo pedales y dos ruedas; pero el primer modelo con transmisión a través de la cadena surgió en 1885.

“Tenía frenos, permitía una postura más natural y el ciclista estaba más cerca del suelo, por lo que las caídas no eran tan peligrosas. Después, se añadieron las ruedas con cámara de aire y la cadena de transmisión conectada a la rueda de atrás”. Ésta ya era la bicicleta moderna.

Fue en enero de 1887 cuando el norteamericano Thomas Stevens se aventuró al “primer viaje en bicicleta alrededor del mundo”. Partió de San Francisco y sólo tres años después llegó de nuevo a esa misma ciudad de destino y origen, una verdadera odisea.

La bicicleta es un aparato sencillo: básicamente, se compone de dos ruedas dispuestas en línea y un sistema de pedales para que la personas pueda transmitir la fuerza de propulsión; manubrios para dirigir la bicicleta y un sillín para sentarse. La bicicleta sirve tanto para el campo como para  desplazamientos urbanos, un medio de transporte barato y accesible a toda persona. Y como si fuera poco, se puede arreglar con unos pocos conocimientos de mecánica.

En el siglo XX se avanzó en diseño, materiales y seguridad; fue el siglo de la universalización de la bicicleta. Así, llegamos al actual siglo XXI con las conocidas bicicletas de paseo, de montaña, bicis plegables y desde hace unos años las bicicletas eléctricas. 




LA CICLA EN LAS GRANDES CIUDADES



En los países mediterráneos, la crisis económica y el alza de la gasolina disparó el uso de bicicletas mientras que la industria del automóvil ha entrado en la peor crisis en décadas.

Roma parece ser una de las ciudades europeas con una circulación más caótica, algo que conviene muy poco a los ciclistas. Milán, Madrid (España) y Atenas (Grecia) no son muy diferentes. En Italia, sin embargo, cada vez se ven más bicicletas circulando por las calles: cada vez más italianos optan por la cicla para cumplir sus desplazamientos diarios; como medio de transporte pero también en ejercicios de ocio. 

La ciudad italiana de Bolonia ha ganado el Premio anual de la Semana Europea de la Movilidad. Un jurado independiente de expertos en movilidad la señaló como “ejemplo europeo en la promoción de alternativas limpias al uso de los autos”, resaltando la participación de sus ciudadanos en apoyo a la movilidad urbana sostenible: “Las ciudades premiadas son ejemplo de unas urbes más limpias y seguras. Las ciudades europeas deben poner en práctica acciones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes”. 

Bolonia organiza numerosas excursiones en bicicleta, talleres y ayudas para la autorreparación, juegos, paseos y una exposición sobre coches eléctricos. Agentes de la policía orientan sesiones informativas para dar consejos y explicaciones sobre el uso de la bicicleta a las familias, y se creó un punto de información para que los ciudadanos aprendan acerca de unos nuevos servicios que se ofrecen a los ciclistas. 




Hacia el norte, la capital alemana es ahora el otro gran ejemplo: en Berlín, cada día, más de medio millón de personas se desplazan mediante el transporte ecológico por excelencia. Hay construídos miles de nuevos carriles para que circulen bicicletas, ya que las autoridades impulsan la movilidad sostenible y Berlín se ha convertido en la ciudad perfecta para los ciclistas.



“Los propios ciudadanos colaboran para que Berlín sea un paraíso para los ciclistas: todo el mundo tiene una bicicleta. Quienes manejan auto son ciclistas en otros ratos, en horas no laborales y en el fin de semana; todos tienen absoluto respeto por los ciclistas. Por eso el casco no es necesario”. Es  mucho más importante la educación y el civismo.

Entretanto, de este lado del hemisferio, en plena temporada de huracanes, ciudades como Nueva York sufren un caos que continúa durante varios días. “Las gasolineras se quedan sin combustible, muchas calles y carreteras se hacen impracticables, algún puente ha podido quedar derrumbado y  los autobuses no pueden seguir sus recorridos habituales.”

Así, hasta que se reparen todos esos desperfectos causados por el desastre natural, lo mejor es no usar el automóvil como medio de transporte. Lo mejor es montar la bicicleta: “Cuentan que ahora se ven hasta cien bicicletas cada quince minutos por la Sexta Avenida”.


Las emergencias han cambiado la mentalidad de muchos ciudadanos. “Algunos iban al trabajo por primera vez en su vida sobre dos ruedas. Quizá no será la última. Ojalá se animen a seguir usando la bicicleta”, dijo el Alcalde neoyorquino. 




CICLISMO Y CARRERAS DE ÉLITE



La historia del ciclismo como deporte comienza a finales del siglo XIX, y se populariza a partir de 1870 cuando se funda en Italia la primera sociedad ciclista, el Veloce Clube de Milan. Ese mismo año en Londres se crea el Pickwich Bicycle Club; Para 1880, en los Estados Unidos se constituye la League of American Wheelmen; se instituye en Alemania el Deutscher Radfahrerbund en 1884, y en Francia se funda el Touring Club en 1885.

La primera carrera en carretera de la historia de ciclismo fue la llevada a cabo en 1870 en Italia e iba de la ciudad de Florencia a Pistoia, recorriendo 33 kilómetros. El ganador fue un estadinense, Rynner Van Neste. Y el primer campeonato mundial de ruta fue en Alemana (Nürburgring) el año 1927. El triunfo fue para el italiano Alfredo Binda.

Antes habían comenzado ya las mismas grandes competiciones anuales de ruta que convocan hoy a miles de millones entre la teleaudiencia mundial: el grupo de las grandes carreras en ciclismo de ruta lo conforman el Tour de France, el Giro de Italia y la Vuelta de España.

El Tour fue la competencia pionera y dio comienzo el 1 de Julio de 1903. El “Giro” de Italia nació en mayo del año 1909. La vuelta de España se originó algo después, en el año 1935. En Suramérica, la principal competencia en rutas por etapa es la Vuelta Ciclista a Colombia, creada en el año 1951. 

FIN












lunes, 29 de agosto de 2016


Inquietudes e incertidumbres urbanas 

De Rio de Janeiro y Barcelona 
a los Juegos Barranquilla 2018



Cada cuatro años, la celebración de los Juegos Olímpicos se evidencia como la más importante competición multideportiva del mundo. Casi todos los países de los cinco continentes preparan a sus deportistas de alto rendimiento y estos se esfuerzan al máximo por conquistar medallas y récords, junto con gloria y fama universales.

Sin duda, los mejores Juegos de la era moderna fueron las Olimpíadas de Barcelona en 1992. En la Ciudad Condal se dieron cita 10.500 atletas de 172 naciones. En el espejo retrovisor de Barcelona 92 se inspiró precisamente la organización de Río 2016, que igualmente resultó un éxito ejemplar contra todos los augurios adversos. 

Para los organizadores de los recientes Olímpicos de Río, “la realización de los juegos nos deja un legado de sustentabilidad en seguridad, infraestructura, rehabilitación del puerto, y en educación y deporte”.



Barranquilla afronta el compromiso de hacer los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2018, una cita de cada cuatro años que traerá esta vez a 7 mil atletas de 31 países del continente a competir en medio centenar de disciplinas deportivas. Será la segunda ocasión para Barranquilla 72 años después de aquellos históricos Quintos Juegos de 1946. Hace 10 años, Cartagena fue la ciudad sede (2006), Mayagüez (Puerto Rico) en el 2010 y Veracruz (México) realizó los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe en 2014.

Por su alta convocatoria mediática y su poder de movilizar ciudadanos y  voluntades tanto políticas como financieras, no pocas ciudades del mundo han aprovechado la fuerza motriz de los grandes eventos deportivos internacionales para impulsar transformaciones urbanísticas.

En 1986 triunfó la candidatura de Barcelona para los XXV Juegos Olímpicos a celebrase en 1992. Resultó ser una coyuntura histórica, y a la postre inolvidable por cierto, como premio al inmenso esfuerzo colectivo de los catalanes, pues al éxito deportivo y de organización se sumó pronto la admiración por sus logros urbanísticos, puestos en directo a los ojos del mundo. Sin desmayo ni pausa los catalanes lograron transformar a la ciudad y su gente en menos de seis años.

Los Olímpicos proyectaron internacionalmente a Barcelona como un paradigma urbano aún vigente. “El modelo Barcelona es el que más alegrías ha dado a una ciudad organizadora décadas recientes”. Las inversiones olímpicas de Barcelona y su impacto socioeconómico no tienen comparación con ninguna otra ciudad sede de un gran evento deportivo. “El secreto de su éxito lo fue su capacidad de estructurar la ciudad”. 


Barcelona vivió modificaciones de gran calado. La construcción del Puerto Olímpico para albergar las embarcaciones deportivas de los Juegos, abrió la ciudad al mar. La Villa Olímpica, que alojó a unos 15.000 deportistas, se construyó en uno de los barrios más degradados de la ciudad, “donde  una barrera ferroviaria impedía el acceso al frente marítimo; todo se reinventó allí para darle una imagen moderna y adecuada con el movimiento olímpico”.

Al mismo tiempo, para dinamizar la ciudad y mejorar el desplazamiento dentro de la misma, se creó un entramado de vías rápidas que conectaban puntos alejados de la ciudad, “dotándola de un dinamismo y una accesibilidad de la que nunca había gozado. Las Olimpiadas tuvieron el efecto de abrir la ciudad al mar, al que hasta entonces Barcelona había dado sistemáticamente la espalda”.
Todas esas que fueron nuevas infraestructuras del urbanismo barcelonés siguen en plena vigencia y funcionalidad. “El olimpismo fue el pretexto ideal para modernizar a Barcelona, que necesitaba tan sólo de un impulso como éste para crecer”.

Barcelona dinamizó su turismo, remodeló su ciudad y tuvo un gran impacto internacional. Por eso, sigue siendo hoy en día el mejor ejemplo de renovación urbana y crecimiento turístico: de 1 millón 700 mil visitantes en 1992 pasó a más de 8 millones de turistas anuales, hoy en día.

Ya recién clausurados los Olímpicos de Río de Janeiro 2016, preguntémonos: en cuenta regresiva de 700 días hacia los Juegos Centroamericanos y del Caribe del 2018 ¿Cuál es el escenario real y las expectativas potenciales que Barranquilla presenta hoy por hoy como urbe anfitriona de este compromiso de envergadura continental?

He aquí algunas inquietudes urbanas que nos surgen y urgen, de cara a los Juegos del 2018:     
Desde los años 60 el crecimiento de la ciudad se ha orientado fundamentalmente hacia el norte y en abanico hacia el suroccidente ocasionando cierto desequilibrio urbano. ¿Servirán los Juegos de  2018 como un intento efectivo de reequilibrio, revalorando definitivamente la fachada urbano-fluvial, de cara al Río Magdalena?



Barranquilla parece encaminada a dejar atrás su paso industrial. Otras perspectivas se abren, de nuevo por su privilegiada posición de conectividad frente al mundo globalizado de hoy. Entretanto ¿podremos pensar en un frente de turismo urbano / turismo cultural como sí lo con concretó ya la ciudad de Barcelona?

Uno de los aspectos más importantes es decidir qué se debe hacer con la infraestructura de los Juegos, sobre todo los nuevos espacios creados para la ocasión. Si las instalaciones no tienen un importante aprovechamiento, pueden convertirse en justo blanco de críticas por planificación desorientada y despilfarro público.

La Villa Olímpica (¿en el sector de La Loma también, vecino al río y donde quedará el complejo administrativo distrital?), ya después de los Juegos ¿será un barrio de carácter residencial o mixto, suficientemente equipado –todos los servicios, zonas verdes y parques– para orgánicamente integrarse al centro histórico y comercial de Barranquilla, y a los cercanos barrios tradicionales de Abajo y Rosario?  

¿Cómo encajarán con lo anterior el presumible plan de infraestructura en materia de transporte, movilidad, logística y medioambiente? ¿Se encaminará todo al objetivo de que Barranquilla (de nuevo) y su área metropolitana se refrenden frente a las redes económicas internacionales como la puerta norte de toda América del Sur?



A propósito de la propuesta nacional de la Andi “Ciudad Caribe Colombia”, un diario capitalino (Ciudad Caribe, ¿ciudad verde?) apuntaba en su editorial reciente: “(que) las ciudades de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena se constituyan en un gran polo de crecimiento y bienestar es una propuesta con grandes posibilidades para la gestión ambiental territorial y que, desde el norte del país, tendría implicaciones nacionales. (…) Ahora que Colombia comienza a aparecer en el mapa ecoturístico mundial, la gran oportunidad está planteada”.

FIN

martes, 9 de agosto de 2016

CORREDORES URBANOS PARA LA RECREACIÓN Y LA CULTURA


Corredores culturales y recreativos, como ciertos espacios o territorios simbólica e históricamente significativos para la ciudad, constituyen un bien intencionado concepto y estrategia urbana que el entonces alcalde Petro ensayó implantar en el Distrito de Bogotá durante la pasada administración capitalina.   
Mediante la revitalización, apropiación y promoción de determinados espacios encadenados a lo largo y ancho del entramado urbano, su propósito es garantizar un ejercicio democrático y goce efectivo de las libertades culturales y deportivas, y del derecho a la ciudad.
La estrategia de Corredores debería ser liderada por activistas culturales en articulación con los sectores público y privado y las comunidades que habitan los territorios implicados. Y apunta a  dinamizar los espacios que por su importancia y significado hacen parte de la memoria colectiva de la ciudad. 
Los corredores están integrados por las prácticas cotidianas e interculturales que desarrollan los ciudadanos según las particularidades de cada territorio, igual que por los escenarios públicos y privados de cada sector urbano. En este punto –y ante la idea de que el Distrito de Barranquilla y los municipios de su área metropolitana pudieran implantar estrategias similares a “Corredores Culturales” –vale la pena avanzar alguna ilustración sobre las relaciones del espacio público con recreación, deporte, identidad y cultura.



Importancia del Espacio Público

Mal que bien, toda ciudad funciona porque su tramado urbano permite el desplazamiento de personas, objetos y vehículos. Esa trama urbana, en su sentido más amplio, está representada en lo que llamamos “espacio público”.
Se le ha definido como una red de espacios de libre acceso y que constituye el soporte de la trama urbana de las ciudades en tanto sirven al tránsito, al encuentro y a la recreación de los ciudadanos, y por ello alberga el desarrollo de la vida cotidiana en las urbes.
El espacio público detenta esa condición en la medida en que sirve a la ciudad y a la ciudadanía, pues es  un bien de uso colectivo destinado a satisfacer necesidades igualmente colectivas. Y la académica de la Universidad del Rosario Laura Milena Hernández dice que “en él tiene lugar la vida pública y por tanto constituye el génesis de la cultura urbana: allí es donde se realizan los encuentros sociales y se manifiesta el sentido de cultura y convivencia ciudadana”.
Por ello, “su importancia trasciende lo funcional y se le comprende como un elemento garante de la calidad de la vida urbana que, además de satisfacer necesidades colectivas, califica al individuo para la vida en sociedad”. 
Así, cada forma del espacio público tiene una función particular para la ciudad: las calles sirven a la movilidad urbana, las plazas al encuentro social y los parques a la recreación colectiva. Pero no son usos excluyentes: un parque dotado para recrear, por ejemplo, podría brindar usos asociados a la movilidad y al encuentro.
“Es precisamente la confluencia de múltiples formas de uso y apropiación del espacio” –concluye la académica en su ensayo –“lo que le confiere un sentido de identidad y le permite proyectar su valor social, es decir, su posicionamiento como un escenario de convivencia ciudadana”.
Los estudiosos han determinado una relación de doble vía en la construcción de identidades de los lugares y de las personas. La psicología ambiental nos dice que “no solo el ambiente influye en la persona o la persona en el ambiente, sino que hay una reciprocidad simultánea de influencias que van del ambiente a la persona y viceversa”.
De todo lo anterior se deriva, entonces, la importancia del espacio público en la formación de valores ciudadanos. Ese valor educador que ostenta el espacio público se fundamenta en que contiene escenarios con elementos físicos que contribuyen a moldear las conductas del individuo con el fin de permitir la vida en sociedad.


El derecho a la calidad de vida

En cuanto al específico binomio “Recreación y espacio público”, entresacamos del ensayo de la académica Laura Milena Hernández estos otros aportes:
La recreación es una de las principales funciones a las que debe servir el espacio público, ya que provee los principales escenarios físicos para el ejercicio de las actividades recreativas en la ciudad. Recreación comprende el conjunto de actividades que "proporcionan gratificación, esparcimiento y diversión a las personas", mediante prácticas de índole cultural, deportiva o de descanso y contemplación.
Las actividades recreativas pueden ser de tipo libres o dirigidas y son necesarias para el individuo, puesto que "hacen parte esencial del desarrollo de las potencialidades del ser humano y del mejoramiento de la calidad de vida individual y social". En tal sentido, “se constituyen en garantías para un desarrollo pleno de la persona con beneficios a nivel cognitivo, afectivo, y psicomotor”.
La recreación activa de alto rendimiento es practicada regularmente, requiere disciplina y persigue fines netamente competitivos; la de carácter lúdico se realiza en el tiempo libre y tiene fines de esparcimiento. Ambas actividades demandan escenarios y dotaciones especializadas que permitan el deporte, el juego y el entretenimiento.
Ocio y recreación son necesidades inherentes a la condición humana. La Declaración Universal de los Derechos Humanos consagró el derecho de toda persona al descanso y disfrute del tiempo libre; y ello vinculado a los derechos económicos, sociales y culturales de segunda generación, los cuales buscan "garantizar condiciones de vida digna".
La Constitución Política de 1991 reconoció la recreación, el deporte y el aprovechamiento del tiempo libre como derechos de todas las personas a las que les corresponde gasto público de carácter social. Bajo este marco, para la satisfacción de las necesidades recreativas el espacio público debe proveer los principales escenarios para su desarrollo. 

fin


sábado, 30 de julio de 2016

Soledad emprende una ruta de paz y futuro


La noche de este último sábado, 30 de julio, la Señorita Atlántico Martha Martínez Insignares, “La Tica” fue coronada en la Plaza Central de Soledad, en medio de un show que –a través de los aires musicales de nuestra tierra costeña–  hizo evocar mágicamente a las islas de Cuba, Dominicana y Puerto Rico. Una noche en el Caribe se llamó el vibrante espectáculo de música, belleza y folclor.

La velada de coronación estuvo conformada por seis escenas en las que 'Tica' Martínez fue el hilo conductor; en el inicio del show representó a la espuma del mar acompañada por el grupo Perlas del Caribe. Apoyado por la Alcaldía de Soledad y bajo producción de Enrique Chapman, el evento puso en escena 300 bailarines y los actos musicales de Óscar Prince, Palo Seco, Kvrass y Mr Black. La gala fue transmitida por el canal regional Telecaribe.   


 Siete días antes, la celebración en plena Plaza Central fue de otra índole: Soledad, ciudad histórica y culturalmente bolivariana conmemoró el 24 de julio el natalicio del Libertador Simón Bolívar con varios actos al pie de su monumento en la Plaza, y también en el Museo Bolivariano. Este lugar no es otro que la misma señorial casona en la que estuvo apenas días antes de su muerte en 1830.
El alcalde Joao Herrera y el secretario de Cultura Giovanny Montero presidieron los actos. La Casa Bolivariana fue declarada Monumento Nacional en 1966 y Museo Bolivariano de Soledad en 2013.
Entre los ecos de un acto y otro, que nos ilustran los extremos de un periplo de casi 200 años de historia transcurridos hasta hoy, Soledad parece abocada ahora a un presente que promete pasar borrón y cuenta nueva, un cambio social a base de emprendimientos de ciudad y futuro. Veamos algunos de esos síntomas de hoy puestos a la luz pública:

Los 90 Parques de Soledad 

Como parte del plan de mejoramiento todas las zonas recreo-deportivas en el municipio el alcalde Herrera llegó a la cancha del barrio Las Gaviotas, para el inicio de obras de lo que se va a convertir pronto en nuevo lugar de integración para más de dos mil familias del sector. 




Comenzaron ya a ejecutarse las obras para rehabilitar y adecuar más de 90 parques y otras zonas verdes que mejorarán el espacio público, el medioambiente y calidad de vida y convivencia entre los Soledeños.
Para los trabajos de adecuación de los parques El Designado, Gaviotas y Centenario, la Alcaldía de Soledad ha destinado cerca de 600 millones de pesos. Serán parques inteligentes y amigables con la población en condición de discapacidad. Los moradores del entorno en el barrio Centenario han  esperado varias décadas para que este sitio fuera intervenido por alguna de las administraciones pasadas.
Al iniciar las obras, el Alcalde dijo: “Con la alianza entre el Ministerio de las TIC y la Alcaldía, este parque inteligente contará con zona WiFi y luminarias tipo LED para beneficiar a más de dos mil habitantes del sector”.
Un vocero comunitario expresó: “Desde el año 1972 ningún Alcalde había llegado hasta el sector, queremos que este parque deje de ser foco de inseguridad para las familias y en especial para los niños y jóvenes de la zona”. A más de zonas verdes habrá juegos infantiles, gimnasio biosaludable y una cancha múltiple. Luego, se construirá un CAI que fortalecerá la seguridad en el sector.

Puerto fluvial, malecón y zona franca

De acuerdo con el Secretario de Hacienda de Soledad Federmán Vizcaíno, el ejercicio presupuestal del municipio tiene ya garantizados 400 mil millones de pesos para ser invertidos en el período 2016-2019, en proyectos y programas de los varios frentes ya priorizados en el vigente plan de desarrollo “Soledad Confiable”.
 
Los proyectos de un puerto fluvial y su malecón turístico, para Soledad, fueron incluidos como prioritarios dentro del Plan Nacional de Desarrollo y se concretarán en las administraciones del Alcalde Joao Herrera y el gobernador Eduardo Verano, quienes concertaron en días recientes sus respectivos planes territoriales.
Estos proyectos de Puerto Fluvial y Malecón incluyen la recuperación de los cuerpos de agua en ese sector soledeño y son parte vital de la propuesta de conexión y ampliación de la Avenida del Río. Esta será una conexión directa desde Barranquilla y el nuevo puente Pumarejo hasta las zonas aeroportuaria y fluvial del municipio de Soledad.
El Arquitecto Rafael Palmera es el autor del diseño del proyecto Malecón para Soledad, que hace parte del Plan Nacional de Desarrollo. Otro proyecto –el de la futura Zona Franca Aeroportuaria– apunta como nuevo factor estructurante por una plena competitividad de Soledad, del territorio metropolitano y de la Región Caribe. Vizcaíno, titular de Hacienda de Soledad, informó además lo siguiente:
También tenemos como proyecto importante la construcción del nuevo Palacio Municipal, a un costo de 25.000 millones de pesos, que incluye compra del predio, construcción y dotación de la nueva sede de la Alcaldía…

Premio Nobel de Paz viene a Soledad
En el Plan de Desarrollo “Soledad Confiable” se plantea como la primera estrategia el “Desarrollo social para la confianza y la paz”. Así, la guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz en 1992 estará en el municipio del 8 al 11 de agosto, semana que se denominará Soledad por los Senderos de la Paz. Rigoberta Menchú compartirá experiencias en su lucha contra la desigualdad social, la discriminación y la falta de oportunidades. Durante la semana de su visita se va a radicar en el Congreso la iniciativa legislativa que busca categorizar a Soledad como un Distrito Especial y Cultural de Convivencia Social para la Paz. Ante el contexto nacional, Soledad le recordará al país la presencia de 50 mil víctimas del conflicto armado en el municipio. Fin